Este artículo es una selección, tendenciosa si queréis, de películas que pierden el tiempo en analizar esa especie en peligro de extinción llamada: Guionista.
El oficio de guionista nunca ha sido fácil y, con la crisis, mucho menos.
Hoy en día, trabajar como guionista o redactor de contenidos es un lujo, y de
los caros. El mercado está repleto de licenciados en Comunicación Audiovisual,
Periodismo y otras carreras afines. A su vez, el sector se ha ido haciendo más
y más pequeño, debido al incremento del IVA cultural, a la falta de inversión
publicitaria, a la piratería…
EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (Sunset Boulevard. Billy Wilder, 1950)
El cine mudo ya es historia y la mayoría de grandes estrellas de esa época han ido desapareciendo. Es el caso de la “ficticia” Norma Desmond, interpretada por Gloria Swanson. Vive retirada en una
suerte de caserón gótico, en Sunset Boulevard, con la única compañía de su
servil mayordomo (que fue, en antaño, su marido y director fetiche) y un mono
de circo. En medio de este percal, aparece Joe Gillis. Un miserable guionista,
que (mal)vive como puede. No vende ni un puñetero guión y debe varios meses del
alquiler de su cuchitril. Un día, huyendo de unos creedores, llega a la Mansión
de Norma Desmond. La momia del silente, le ofrece un trabajo como guionista.
Gillis se deja querer por Norma y se aprovecha de ello.
David Mamet describió la profesión del dramaturgo, como una profesión de Putas. En el caso, de Joe Gillis, termina siendo así, literalmente.
El guionista se convierte en el
Gigoló de la estrella en decadencia. La historia acaba como el rosario de la
aurora. La pasión y la locura se entremezclan, como en una tragedia griega.
Diagnóstico: El guionista sin trabajo, termina vendiéndose al mejor postor.
EVA AL DESNUDO (All about Eve. 1950, Joseph L. Mankiewicz)
All About Eve, título original del film, se centra en el teatro. Pero ese microcosmos podría ser, perfectamente, el del cine o la televisión. Las miserias, ambiciones y traiciones son las mismas.
All About Eve, título original del film, se centra en el teatro. Pero ese microcosmos podría ser, perfectamente, el del cine o la televisión. Las miserias, ambiciones y traiciones son las mismas.
Broadway es un buen ejemplo de espacio viciado y lleno de miserias humanas. El gran circo de la vida.
Eve es una pobre chica provinciana que quiere triunfar como actriz. Admira,
hasta extremos enfermizos, a la gran Margot Channing, interpretada por Bette Davis. Eve se ofrece a trabajar como asistente
de la señorita Channing. Margot es muy egocéntrica y le encanta tener a una
chiquilla que le haga la pelota todo el día, y que obedezca a todos sus
caprichos. Pero con el tiempo, empieza a darse cuenta que alguna cosa no va
bién. Eve tiene algo inquietante, que le pone nerviosa. Tanta amabilidad no es
normal. Con el tiempo, descubrimos que Eva es una arribista, una depredadora
voraz. Su única intención es quitarle el puesto a Margot. Quedarse con su papel
y de, paso, con su novio y amigos. Por suerte, aparece en escena el pérfido y
rastrero crítico teatral, Addison Dewitt. Addison es un ser miserable, una
garrapata que sobrevive chupando la sangre a la gente del teatro. Desde el
primer momento, clicha a Eva y descubre
que no es quien decía ser. A cambio de su silencio, Eva acaba siendo su esclava
y concubina. Amargada y desdichada, triunfa como actriz. Su sueño se
cumple, pero pagando un precio demasiado caro. A su vez, Margot recupera su
estabilidad emocional y sus amistades.
All About Eve es uno de los mejores guiones de la historia del cine. Recomiendo, fervorsamente, el remake encubierto de Paul Verhoven, Showgirls, y el homenaje de Almodóvar en Todo sobre mi madre.
Diagnóstico: El dramaturgo, al servicio de la estrella.
CAUTIVOS DEL MAL (The bad and the beautiful. 1952, Vincente Minnelli)
Y seguimos, con el metacine. Ese género onanista, que nos cuenta los entresijos y vísceras de la industria cinematográfica.
En Cautivos del mal, todo
gira alrededor de la figura del productor Jonathan Shields (interpretado por
Kirk Douglas). Es el retrato del sueño americano: Joven que consigue llegar
hasta la cumbre, mediante el esfuerzo y los pocos escrúpulos. Shields es el
paradigma del productor todopoderoso de Hollywood. Un primo-hermano de David O.Selnick o Darrly F.Zanuck. Toma lo que le interesa, se
aprovecha de ello y luego lo tira. El film empieza con una reunión en unos
estudios cinematográficos. Una estrella del cine, un director y un guionista rememoran
sus tortuosas relacionas con Shields. Georgia Lorrison, la actriz, sufrió el carácter inestable y tiránico de Jonathan Shields y se dió a la bebida. Pero, al separarse del productor, se convirtió en la nueva estrella de Hollywood. El director, Fred Amiel, era el mejor amigo de Jonathan. Empezaron juntos, pero Jonathan le arrebató las ideas y lo traicionó. Amiel, abandonó su amigo para siempre, y empezó una gran carrera como realizador. James Lee, era un guionista creativo y lleno de ideas. Pero, trabajando a las órdenes de Shiels, tuvo que acatar el despotismo del productor. Por suerte, con el tiempo, Lee se hizo un nombre como dramaturgo y escritor y acabó ganando el premio Pullitzer.
Diagnóstico: El guionista humillado por el productor todopoderoso.
ESCÁNDALO EN EL PLATÓ (Soapfish. 1991, Michael Hoffman)
Y he aquí, el mundo de la televisión. Actualmente, el guionista (al menos el americano) goza de bastante poder. Como Showrunning o productor ejecutivo, un guionista puede controlar todos los procesos de producción. En el pasado (y aún en España, hoy en día), los guionistas eran simples trabajadores, sin demasiados derechos ni aspiraciones artísticas. El cine era el astro rey y las series eran fastfood para las masas.
Esta película habla de los culebrones americanos. En los ochenta, el género de las Soup operas tuvo un impacto internacional más que notable.
Dallas,
Dinastia, Falcon Crest, Santa Bárbara… A cada cual, peor. Con escenarios de
cartón piedra y argumentos imposibles. Escándalo en el plató nos cuenta la
historia de Celeste, la estrella de El Sol también se pone. Es portada en todas las
revistas, y es la novia de América. La aparición de su joven sobrina, aspirante
a actriz, y de su antiguo amor, actor fracasado y retirado en Florida, convertirán la vida de Celeste en una verdadera
telenovela. No falta ninguno de los ingredientes imprescindibles: Poder, sexo,
traición, envidias… Celeste cuenta con la ayuda de su mejor amiga, la fiel
directora argumental de la serie, interpretada por Whoopi Goldberg. Su misión es
contentar a la protagonista del show, escribiéndole grandes monólogos o
reforzando su autoestima (haciéndose pasar por una fan, en centros
comerciales).
Diagnóstico: El guionista todoterreno. El encargado de reescribir capítulos
en 20 minutos, de amoldarse a los deseos de actores y productores, o a las
necesidades publicitarias.
BARTON FINK (Barton Fink. 1991, Joel Coen y Ethan Coen)
Tercera película de Los Coen, y una de sus mejores obras. A nivel narrativo
y, sobretodo, a nivel visual.
Una pesadilla posmoderna trufada de referencias. Las películas de mafiosos de los años 20, la pintura de Edward Hooper, las novelas de Frank Kafka o de Bukowski, los films de David Lynch...
A saber: La historia de un autor teatral, que aspira
a ser un autor. Llega a Hollywood, y se topa con la fábrica de los sueños (o
pesadillas). Un territorio lleno de productores sin escrúpulos y de mafiosos
con intereses oscuros. Barton abandona el teatro, “vende su alma” a Hollywood, y se muda en un
onírico hotel, paralizado en el tiempo. Intenta empezar un guión nuevo, pero
sufre una terrible crisis creativa. Conoce a Charlie, su vecino en el hotel, y a
Audrey, su secretaria, que le dan apoyo moral y sentimental.
Al final, como en toda buena peli de los Coen que se precie, todo se
descontrola. Charlie resulta ser un peligroso criminal, y la policía empieza a
sospechar de Barton. Pero por suerte, Fink, sabe sacar provecho de esa
situación y consigue escribir una historia basada, en muchos sentidos, en sus
vivencias.
Diagnóstico: El guionista como protagonista de una historia Kafkiana.
JÓVENES PRODIGIOSOS (Wonder Boys. 2000, Curtis Hanson)
Jóvenes Prodigiosos habla, de manera genérica, del proceso de creación. Del oficio de escritor y sus connotaciones en la vida personal.
Grady Tripp es un
novelista reputado, que se hizo famoso gracias a su obra: Hija de Pirómano. Su
vida no le gusta. Es docente en una universidad de élite, está liado con la
decana de la facultad y su editor le presiona para que publique un nuevo libro.
Grady siente curiosidad por uno de sus alumnos, Terry. Un joven escritor con mucho potencial, un tanto autista y consumidor de hierba. En definitva, Tripp se ve a el mismo, hace años. Cuando tenía toda la vida por delante, y estaba a punto de publicar su obra magna. Un perro muerto y un jersey que perteneció a Marilyn son los detonantes de un fin de semana enfermizo, divertido y emotivo. Una peripecia que ayuda, a Tripp, a reconvertir su vida. A plantearse el futuro, el presente y el pasado.
Diagnóstico: El escritor famoso por una sola novela, paralizado por el pánico.
EL LADRÓN DE ORQUÍDEAS (Adaptation. 2002, Spike Jonze)
Y seguimos con guionistas neuróticos y metacine. Charlie Kaufman ya había
experimentado con los límites entre realidad y ficción en su anterior película, Como
ser John Malkovich. Nicolas Cage es el alter ego de Kaufman, encargado de adaptar
una difícil e irrealizable novela sobre orquídeas. No hay conflicto ni tensión
dramática. No hay por donde cogerla, vaya. A su vez, Donald, el hermano gemelo de Charlie, decide imitar los pasos
de su hermano y escribe un guión convencional y mediocre sobre las andanzas de
un asesino en serie. Mientras Charlie continua inmerso en sus paranoias
existencialistas, Donald triunfa con su película simplista y comercial.
Muchas veces, el guionista o creador piensa que debe escribir algo profundo y trascendental, y se olvida de crear un guión bien estructurado, que cumpla una función dramática.
Narcicismo, contra oficio. Ese sería uno de los temas. Pero también hay otros. Remarcaría,
especialmente, todo lo relacionado con el negocio de los seminarios.
En Adaptation conocemos al alter ego del gurú de la docencia cinematográfica:
Robert Mckee. Ronald asiste a uno de sus cursos y, de la noche al día, pare
una historia de éxito. ¿Es eso, suficiente? ¿Debemos escribir como autómatas,
bajo unos cánones preestablecidos por un guionista fracasado que se dedica a
dar lecciones?
Diagnóstico: Guionista creativo vs guionista con olfato comercial.
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