No hay duda que la sorpresa televisiva del año ha sido "True Detective", la nueva producción de la HBO. Todo el mundo se ha dedicado a descubrir sus referentes y sus citas más o menos privadas. Sin embargo, nadie ha llegado a profundizar en su relación, casi calcada, con una de las obras más importantes de la historia de la televisión: "Twin Peaks".
"Twin Peaks" surgió como un encargo de la
ABC, que había anotado unos datos de audiencia más que mediocres. Lynch y Frost
compartían el mismo agente, y ya habían trabajado en algunos proyectos que no
llegaron a buen puerto. A Lynch le vino una imagen en la cabeza: El cadáver de
una chica, envuelta en plástico, flotando en el rio. Ese fue el pistoletazo de
salida. Cuando se estreno el piloto, en el sindicato de directores, se hizo el
silencio. La mezcla de géneros y de tonos, descolocaron al personal. La cadena
encargo ocho capítulos, y al ver el éxito de audiencia, encargo ocho más. En la
década de los ochenta y noventa, los ejecutivos solo buscaban el mejor share.
Aún no existía HBO o otras cadenas por cable, que dan una gran libertad a los
creadores.
La ABC cogió por las pelotas a Frost y Lynch y les obligaron a desvelar la identidad del asesino de Laura Palmer, en el capítulo 14.
Ese capítulo es uno de los momentos más bestiales y
violentes vistos nunca en la pequeña pantalla. Pero como dijo Lynch, mataron
los huevos de oro. Su intención era no desvelar el nombre del asesino hasta el
final de la serie, al estilo de “El Fugitivo” y El manco. A este factor le
tenemos que sumar la marcha de Lynch para dirigir “Will at Heart” y tenemos la
tormenta perfecta. El cambio de emisión hizo el resto y la ABC decidió no
renovar para una tercera temporada. Lynch se puso al mando del último capítulo,
lo reescribió y nos sirvió la pieza más surrealista de la historia catódica
mundial.
"True Detective" es otra historia. Su origen
se produjo a partir de la alianza entre un guionista consagrado, Nic Pizzolatto
(creador de la versión americana de “The Killing”), y un director con impronta
personal, Cary Fukunaga (director de la última versión de “Jean Eyre”). El
contexto también es muy diferente. La HBO no es una generalista como la ABC, y
ya lleva más de una década teniendo éxito con sus producciones.
No están supeditadas a la estructura narrativa de las teles comerciales y pueden hablar de todos los temas (hasta de sexo y religión), sin tener que temer a los anunciantes.
ESTRUCTURA
EN OCHO CAPÍTULOS
"Twin Peaks", como he comentado, tenía que
ser una serie de ocho capítulos. Este tipo de productos, ya en los ochenta,
eran considerados como pequeñas películas.
Fukunaga y Pizzolato lo tuvieron muy claro, y escogieron una historia completamente cerrada.
En las próximas temporadas se conservará el nombre de
la serie, pero las tramas serán completamente nuevas (un poco lo mismo que
decidió Ryan Murphy para “American Horror Story”).
El éxito de Twin Peaks, le alargó la vida. Sin
embargo, podemos observar bastantes parecidos, a nivel formal y argumental
entre los ocho primeros capítulos de la serie de Lynch & Frost y “True
Detective”.
Por ejemplo, todos los episodios tienen el mismo tratamiento fotográfico. También comparten el mismo tipo de montaje y de estructura narrativa.
En "Twin Peaks", Lynch decidió marcar las
pautas ya que, en los próximos capítulos, llegarían nuevos directores.
En “True Detective”, también se delimita el estilo de
la serie pero, me temo, que se deba más a una cuestión de producción (por
ejemplo, conservar los cambios físicos entre las dos líneas temporales).
PAREJA DE POLICIAS
Este es uno de los parecidos más evidentes. Y se
podría decir que, en todas las historias de policías, suelen haber parejas que
deben trabajar juntas.
Suelen ser dos personas completamente diferentes. Uno es más introvertido, y el otro más extrovertido.
En "Twin Peaks", Cooper es un tipo loco con
unos métodos de investigación fuera de lo común. Harry S. Truman, el sheriff de
Twin Peaks, es un hombre tradicional, con métodos convencionales.
En “True Detective”, Cohle es un colgado nihilista,
que lee filosofía y se guía por su extraño poder deductivo. En cambio,
Martin es un típico policía del Sur. Tradicional, religioso y pragmático. Esta
dicotomía es fundamental, en cualquier serie, para encender la chispa del
conflicto dramático.
CLAROSCUROS
En la mayoría de Buddy Movies, la tipología de los dos
colegas se mantiene durante todo el relato. Quizás varia un poco, pero no es
nada del otro mundo.
En "Twin Peaks" y "True Detective", los autores tienen una especial obsesión por mostrarnos la dualidad de la psique humana.
En "Twin Peaks", por ejemplo, Cooper empieza
siendo un agente peculiar pero entrañable. No sabemos que su mejor amigo,
Windom Earle, mató a su esposa, al enterarse de que Cooper estaba liado con
ella. La aparición de Earle, en la segunda temporada, enfrenta a Cooper con su
lado oscuro (literalmente). Por lo que se refiere a Truman, encarna la ley en
Twin Peaks pero no es bruto ni desagradable. Su único pecado es enamorarse de
Josie, una enigmática mujer china que se dedicaba a la prostitución. Truman cae
en la bebida y su carácter se avinagra.
En "True Detective" vemos, desde el
principio, que Cohle no es trigo limpio. Es un ser oscuro y deprimente, con un
pasado que nadie conoce. Pero, en cambio, Martin parece ser el típico padre de
familia que quiere, con locura a su mujer y a sus hijos. Su encuentro con
Cohle le va corrompiendo, poco a poco. O, mejor dicho, destapa su parte más oscura.
Martin tiene una amante y, durante la serie, consume drogas y usa métodos
policiales muy poco ortodoxos.
CHICA MUERTA
Los detonantes son parte imprescindible de cualquier
ficción. Ya lo contaba Aristóteles, en su "Poética". Sin conflicto,
no hay acción dramática. Y para impulsar esa acción, necesitamos un detonante
lo suficientemente potente como para hacer despegar toda una trama.
En "True Detective" se trata del asesinato de una prostituta de mala muerte y en "Twin Peaks", de la reina del baile.
Los asesinatos son poco comunes. El asesino se ha
tomado muchas molestias, alcanzando el título de artista de lo macabro. En
"Twin Peaks", el asesino inserta unos trocitos de papel en la uña del
dedo anular de Laura Palmer, la envuelve en una enorme bolsa de plástico y la
deposita en el lecho del río.
La prostituta de "True Detective" esconde
muchos secretos y parece ser la caja de Pandora que nos sumerge en un mundo en
descomposición.
En el caso de Laura, su protagonismo aun es más
determinante. La primera temporada gira en torno de su asesinato y de la
relación que los personajes establecían con ella.
ZONA RURAL CON SECRETOS
Twin Peaks es una población llena de secretos y de
personajes malvados, pero tiene cierto encanto. En la versión cinematográfica,
"Fire Walk with me", vemos un pueblo muy diferente al que conocíamos
en televisión. Un sitio infestado de violadores incestuosos, drogas y
perversión.
Algún crítico señaló en su día que "Twin Peaks", la serie, estaba narrada a través de los ojos curiosos y divertidos del agente Cooper. Y, por lo contrario, la película estaba contada por Laura Palmer. Una chica que vivía un infierno en su propia casa y que sabía que le quedaban muy pocos días de vida.
En "True Detective", en cambio, observamos la acción con una sola mirada, un solo prisma. Una Luisiana deprimida, asada por un calor infernal y aparta del mundo real. En la serie ya se habla de la presencia continuada de Huracanes y fenómenos extremos que parecen querer borrar esa zona de la faz del planeta. En las calles se palpan los pequeños crímenes y la prostitución. Pero "True Detective", como "Twin Peaks", escarba y nos descubren lo que nadie quiere enseñar. Fanatismo religioso, orgías de sangre, gente con poder que mata por diversión…
NARCOTRÁFICO
En "Twin Peaks", Laura Palmer consumía
mucha coca y su novio oficial, Bobby, era traficante. En "True
Detective", Cohle tuvo muchos problemas con las drogas en el pasado.
Era un agente infiltrado en temas de drogas y no supo
resistir la tentación.
Laura toma drogas para olvidar la terrible realidad
que debe vivir cada día.
La prostituta asesinada de “True Detective”, Cohle y el resto de perdedores que infestan la serie usan las drogas como escape y como arma de poder.
ELEMENTOS SOBRENATURALES
Durante la primera temporada de "Twin
Peaks", lo sobrenatural se intuye de manera muy sutil. Será en la segunda
temporada, cuando lo fantástico se apoderará del tono y desarrollará líneas
argumentales específicas que tan solo se habían esbozado, durante los primeros
episodios.
En “True Detective”, los elementos sobrenaturales no son evidentes. Más bien se trata de una serie de signos y elementos relacionados con lo diabólico y mágico.
Elementos mágicos y extraños como, por ejemplo, el
asesinato ritual de la prostituta, las pintadas en la iglesia en runas o el
colegio abandonado violentan la realidad más convencional.
REFERENTES RELIGIOSOS
El mal, en las dos series es abordado mediante
metáforas. En “Twin Peaks”, Leland Palmer viola y mata a su hija. Lynch y Frost
parecen no poder aceptar una realidad tan bestial y se inventan la figura
diabólica de Bob. Un ente parasitario que controla a Leland y lo controla a su
antojo. El mal existe y se puede percibir: A través de la electricidad, dolores
en las extremidades o un círculo de árboles sicomoros.
En “True Detective”, las misteriosas desapariciones de niñas y los homicidios sin resolver son el rastro de una misteriosa iglesia pagana, capitaneada por un Rey Amarillo.
Es el antídoto contra una sociedad cristiana
integrista que delimita, sin temblarle el pulso, la frontera entre el cielo y
el infierno.
IMPORTANCIA DE LA MÚSICA Y EL SONIDO
“Twin Peaks” marcó un antes y un después, también, en
este sentido. David Lynch había colaborado con Angelo Badalamenti, un
compositor neoyorkino, en “Blue Velvet”.
La colaboración se extendió en un disco llamado “Floating into the night”, que sirvió de inspiración para Twin Peaks (uno de los temas del cd, Falling, se aprovechó como tema principal de la serie).
En Twin Peaks, las canciones de Julee Cruise se
aprovecharon, como haría Paul Thomas Anderson en “Magnolia”, para hacer avanzar
la acción.
En “True Detective”, hay muy poca música. Destaca “Far
from any road” de The Handsome Family. Una asfixiante poesía musical que plasma, a la
perfección, el desasosiego de la serie. Dentro de los capítulos, hay una
presencia constante de ruidos y efectos ensordecedores. Lynch es conocido,
desde “Eraserhead” como el rey de los efectos de sonido obsesivos y
desagradables. También destacan algunos cánticos Góspel, que acentúan la
presencia de la cultura afroamericana o el “score” compuesto por T Bone
Burnett: Fraseos de guitarra, entre el pop, el folk y el rock industrial.
INTERTEXTUALIDAD
“Twin Peaks” era un producto, hijo de su director. Y
su director era hijo de su tiempo: El posmodernismo lo empezó a impregnar todo.
Es por esa razón que la serie, como las películas de Tim Burton, conectaron tan bien con el público ochentero y noventero. La mezcla de géneros y de ideas plasmaban la denominada: Sociedad Líquida.
Ese tipo de sociedad, basculante e inestable, se
caracterizaba por la intertextualidad. A saber: El uso y abuso de citas
literarias, artísticas o cinematográficas, con un fin reconocible y
reciclador.
En “Twin Peaks, las referencias son más que evidentes
y están relacionadas con el cine. Por ejemplo: Laura debe su nombre del
personaje protagonista de “Laura” de Otto Premminger. En ese mismo film,
aparece Waldo Lydecker que, en Twin Peaks, es el veterinario dueño del pájaro
Waldo. La prima de Laura Palmer, Maddy Fergusson, resulta de la contracción
entre el apellido del detective protagonista de “Vértigo” de Alfred Hitchcock
con el nombre de su amada difunta. Gordon Cole, el jefe del FBI, era el nombre
de un trabajador de la Paramount en “Sunset Boulevard” de Billy Wilder.
En “True Detective” existen referencias relacionadas
con el cine y la televisión, aunque son más estéticas que textuales. Por
ejemplo, la estética de la serie parece ser una mezcla entre el naturalismo
sucio de David Fincher (en “Seven” o “Zodíac”) y el realismo mágico de Lynch (en “Fire
Walk with me” o “Lost Highway”). A nivel textual, ha llamado la atención la
relación que se establece entre los asesinatos rituales y la literatura
terrorífica de Robert Chambers. El Rey amarillo es el título de un libro de
relatos de Chambers que se cita, literalmente, en la serie. También se perciben
referencias relacionadas con Lovecraft. Lovecraft y Chambers compartían
relatos relacionados con mundos perdidos, seres monstruosos, y personalidades
desdobladas.